Friday, January 20, 2012

El maestro Marín Varona



De la cultura y la música cubana en el folleto “Folklorismo” por Eduardo Sánchez de Fuentes editado en 1928 por Imprenta “Molina y Compañía”, Ricla, Num 55-57 en La Habana, Cuba y presentado en “Cosas de mi tierra” en Guije.com, “Pedro Blanco”, “El maestro Marín Varona” y “Apéndice”. “Preparando en la Habana nuestro viaje hace pocos meses, anunciábamosle en extensa misiva nuestros propósitos de complacerle yendo a pasar unos días a su lado en la hermosa tierra portuguesa, y le hacíamos presente nuestra inmensa satisfacción al poder comunicarle su ingreso como corresponsal en nuestra Academia de Artes y Letras, distinción merecidísima que acababa de obtener por unanimidad, a propuesta del maestro Orbón y mía. Y ya próximos a la partida, en aquellos inquietos días en que anhelábamos ver realizados nuestros proyectos artísticos, fue su esquela mortuoria la única respuesta desoladora que tuvieron nuestras fraternales y optimistas líneas... En la visita que hace muy pocos días hicimos al venerable músico español, al inmortal autor de La Dolores y La Verbena de la Paloma, don Tomás Bretón, tuvimos el placer de escuchar de labios del maestro los más grandes elogios acerca del talento de Pedro Blanco, cuyo nombre, ya conocido, recorrerá de hoy en lo adelante el universo artístico, dando prez y fama a la nación española. Blanco es el compositor de estos tiempos que más se acerca a Albéniz; Blanco, en mi concepto, es grande porque es genial y es sabio; y si alguna duda os ofrecieran mis palabras, ahí están las del glorioso autor de Los Amantes de Teruel, con las que hago punto final en estas despeinadas cuartillas que mi devoción al malogrado compositor me han inspirado: "Blanco -nos ha dicho el maestro Bretón- honraba a España en Portugal.” “Elegido Presidente de la Sección de Música de la Academia Nacional de Artes y Letras, su paso por tan serio organismo dejó imborrables recuerdos en el ánimo de sus compañeros; que fue Marín Varona en estos últimos tiempos uno de los más gloriosos exponentes de nuestro pequeño mundo musical, que amó a su arte tanto como a su patria, a la que supo brindar días de gloria con el merecido éxito de sus composiciones, tendientes casi todas a mantener gallardamente el folklorismo de nuestra música nacional.”...


“El maestro Marín Varona” - “Hoy, día 17 de septiembre, es aniversario de la eterna ausencia del notable maestro, afortunado compositor que tanto laboró por el desarrollo de la música entre nosotros y que con su gran pericia e inolvidables talentos organizó y supo conducir al triunfo a una de las agrupaciones más importantes, en el orden artístico, que ostenta orgullosa la ciudad de la Habana: la banda del Cuartel General, hoy de Artillería. Sus iniciativas estuvieron siempre prontas al reclamo de los entusiastas por el arte musical entre nosotros, y en las sociedades de recreo y agrupaciones literarias y artísticas a que perteneció, su gestión fue como ninguna entusiasta y fructífera. Elegido Presidente de la Sección de Música de la Academia Nacional de Artes y Letras, su paso por tan serio organismo dejó imborrables recuerdos en el ánimo de sus compañeros; que fue Marín Varona en estos últimos tiempos uno de los más gloriosos exponentes de nuestro pequeño mundo musical, que amó a su arte tanto como a su patria, a la que supo brindar días de gloria con el merecido éxito de sus composiciones, tendientes casi todas a mantener gallardamente el folklorismo de nuestra música nacional. Como compositor, abordó Marín Varona distintos géneros, pues escribió obras para canto y piano, obras para banda, zarzuelas y operetas; desde el alegre pasacalle, de origen español, y la melancólica canción cubana, hasta la obertura militar para gran banda; pero es innegable que fueron los cantos populares de nuestra amada tierra los que con mayores éxitos cultivó. Se ha dicho que sus famosas Tropicales, llenas de inspiración y de ternura, adolecen del defecto de ser poco originales en su forma, pues adoptan la muy interesante de las danzas portorriqueñas. Pero conviene manifestar en esta ocasión que no es que Marín Varona tomara desde aquí como tipo rítmico el peculiar de esas danzas antillanas; Marín Varona, que en su juventud llevó por algún tiempo esa vida heroica y bohemia de director de una compañía de zarzuela, escribió sus Tropicales, si no todas, la mayor parte de ellas, en Puerto Rico, donde hubo de asimilar los procedimientos rítmicos de aquellos cantos populares, y fue un compositor más, cubano para nuestra gloria, que, como Morel Campos, Tabares y otros de aquella época, escribió páginas criollas bellísimas, rebosantes de pasión y delicadeza. En el género romántico y entre los compositores hispanoamericanos, Marín Varona ocupa por derecho propio puesto de honor.”...

Thursday, January 5, 2012

Recetas de Carne Mechada en Cocina al minuto




Algunas recetas en la sección de las Carnes en “Cocina al minuto” por Nitza Villapol y Martha Martínez editado en 1956 en La Habana, Cuba: “Ropa Vieja”, “Fritas”, “Carne Asada con Naranja” y “Carne Mechada”: “Ropa Vieja” - “Separe la carne en hilachas o hebras finas. Corte la cebolla en rueditas finas y el ají en tiritas. Machaque los dientes de ajo y sofríalos en el aceite caliente con la cebolla, añada después el ají y sofríalo un poco. Añada los demás ingredientes y déjelo cocinar tapado a fuego lento durante unos 15 o 20 minutos, revolviéndolo ocasionalmente para que no se pegue. Los pimientos morrones pueden añadirse picaditos, molidos o usarse para adornar. Sírvalo con arroz blanco y una buena ensalada fresca. Da 8 raciones.”


“Fritas” - “La carne puede ser toda de res o de res y puerco en la propor­ción de 3/4 lb. de res y 1/4 lb. de puerco. A la carne molida añádale las migas de pan mojadas en la leche, el huevo batido y los demás ingredientes, únalo todo bien y déle forma de pequeñas bolitas. Salen 16. Déjelas reposar en el refrigerador un par de horas para que todos los ingredientes impregnen bien la carne. Fríalas en una plancha o sartén caliente untado de poca grasa. Sírvalas en panecitos con papitas fritas a la Juliana, mostaza y salsa catsup o chili” - “Carne Asada con Naranja” - “Limpie el boliche, pínchelo con un tenedor, polvoréelo con el ablandador de carne y perfórelo con un cuchillo por varios lados abriéndole seis huecos en los cuales se colocan las ciruelas pasas sin semillas envueltas en el jamón. Haga un mojo con el ajo machacado, la pimienta y la naranja agria, cubra con esto el boliche añadiéndole las ruedas de cebolla y ají. Déjelo en esta preparación por lo menos tres horas (puede hacerse desde la víspera). Caliente una cacerola de buena tapa y sofría las tiras de bacon hasta que suelten toda la grasa. Escurra bien el boliche y dórelo en esta grasa, polvoréelo con la sal de ajos y Ac'cent y cuando esté bien doradito añada el vino seco y el jugo de dos naranjas, cocínelo bien tapado y a fuego lento hasta que esté blando, añadiendo jugo de naranja según sea necesario para que no se pegue. Da 8 raciones.” - “Carne Mechada” - “Limpie bien la carne. Déle unos cortes con un cuchillo bien afilado. Corte el jamón en tiras gruesas e introduzca el jamón y el bacon en los cortes hechos en el boliche. Adóbela durante una hora con la naranja agria, la cebolla cortada en ruedas, el perejil, el ají, las hojas de laurel y la pimienta. Dore la carne en el aceite caliente y agréguele el vino seco, la sal, Ac'cent y los ingredientes del adobo. Cocínela a fuego lento, bien tapada la cacerola, por espacio de hora y media. Cuele la salsa y sírvala para acompañar a la carne. Sírvala con puré de papas o arroz. Esta receta puede hacerse sustituyendo el jamón por zanahoria al mechar la carne. Da 8 raciones.”

Wednesday, January 4, 2012

Las fiestas del patrono y otras diversiones



De las lecturas en el libro escolar de historia y lectura “Historia Local de La Habana - Grado Tercero” editado en 1949 en La Habana, Cuba por el Dr. F. Armando Muñoz, impreso por P. Fernández y Cia., S. en C. Editores e Impresores Hospital Num. 619. De las secciones o capítulos del libro: “Las fiestas del patrono y otras diversiones”, “Los oficios y profesiones de ayer y de hoy” y “El gobierno local de los primeros tiempos. Alcaldes y regidores.”: “Por el año de 1598 contaba La Habana con su orquesta de cuatro músicos, que asistían a los actos mediante previo convenio. Y se veían tan solicitados que era preciso "pujarles la paga y llevarles cabalgaduras, darles ración de vino y hacerles a cada uno y también a sus familiares, además de lo que comen y beben en la función, un plato de cuanto se pone en la mesa, el cual se lo llevan a su casa". Estos cuatro músicos eran: el violín Pedro Almansa, de Málaga; el violón Pascual Ochoa, también español, pero de Sevilla; el clarinete Jácome Viceira, de Portugal; y la negra horra o libre de Santo Domingo, Micaela Ginez, vigüelista, es decir, tocadora de vihuela o guitarra. No faltaban a estos músicos sus acompañantes, encargados de rascar el calabozo, que hoy decimos guayo, y de tañir la castañuela. En los días de Navidad se reúnen las familias, y a veces continúan las fiestas hasta el Día de Reyes, el 6 de enero. El Día de Reyes tiene gran significación para los negros esclavos. En este día pueden soñar que son libres. Se visten sus mejores ropas, bailan sus bailes típicos y hasta aprovechan la fecha para pedir a sus amos mercedes y favores, que los señores en concederlos se muestran también, con frecuencia, más propicios. La época de Los Reyes coincide con la de los comadrazgos. Con ellos se obsequian las amigas. Es el comadrazgo delicado presente que se remite en una bandeja primorosamente adornada. El comadrazgo va acompañado por lo general de unos versos, en los cuales se insinúa la pertinencia de corresponder al regalo. La correspondencia debía exceder en valor al obsequio recibido. A veces en los comadrazgos se han regalado esclavos y propiedades. Ya llegamos al 3 de mayo, el Día de la Santa Cruz. Rara es la cuadra donde no hay una casa con su Altar de Cruz. Y hay competencia en hacerlo con el mayor número de peldaños, los mejores adornos y el mejor alumbrado. ¡Cuánto arte hay en ocasiones en la vestidura de las botellas, improvisados candelabros para sostener las velas!.”


“Puesto que los compañeros de Velázquez y Narváez venían a Cuba en busca de fortuna fácil y rápida, no es probable que entre ellos abundaran los que poseyeran un oficio o una profesión, ni los que, caso de tenerlos, quisieran trabajar. A los indios primero y a los negros esclavos inmediatamente después, se encomendaban casi todas las labores. Entre los vecinos y moradores de La Habana, en 1550, había su escribano público, cosa parecida a los notarios de hoy; un procurador y dos o tres clérigos. Un maestre Juan, un Nycolao y un Esteban Sánchez, eran carpinteros: albañil un Juan Díaz; un tal Domingo, era calafate, es decir, que calafateaba o cerraba las juntas de los maderos de las naves con estopa y brea; Diego de Talavera trabajaba de sastre; y un Juan de Olivera, mercader, se decía platero. También era mercader Carlos Florentín. Autorizaba el Cabildo Habanero para ejercer de Barbero y Cirujano, y así lo hizo en 1552 en favor de Juan Gómez, pero no fue hasta 1570 que ejerció de barbero, cirujano y boticario, que para todo ello tenía título concedido en la Universidad de Alcalá de Henares, un licenciado Gamarra. Se traían de fuera los maestros de obras y los oficiales canteros para construir fortalezas. A Mateo Aceituno lo hizo venir De Soto de Santiago de Cuba para las obras de la primer fortaleza; y en las elecciones de 1° de enero de 1560 se opusieron a que votaran los canteros que trabajaban en La Fuerza, porque no eran vecinos. Dos ejemplos que confirman el párrafo anterior. En 1553 el Cabildo pidió a cada vecino que contribuyera con sus negros y herramientas para terminar el baluarte de la playa. En 1558 Mazariegos pidió a los vecinos 30 esclavos para las obras de La Fuerza, y al no conseguirlos "utiliza a los vagabundos negros, mestizos y mulatos" y a los indios de Guanabacoa. La último le gana una represión de la Corona que le ordena utilizar indios sólo cuando éstos lo quieran y pagándoles.”


“El Municipio es la institución más antigua de Cuba, y de toda la América de habla española. Sus funciones y facultades en los primeros tiempos de la colonización eran ilimitadas, pudiéndose decir que comprendían los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. Los primeros alcaldes y regidores de La Habana fueron nombrados por Velázquez o sus tenientes. El primer Cabildo parece haber estado formado por un alcalde primero, otro segundo y tres regidores. El Cabildo tenía su escribano, su alguacil y su procurador. Los vecinos de La Habana daban importancia a los empleos municipales, no tanto por el sueldo y las buscas, como por ocupar un lugar destacado en las procesiones, en la iglesia, en las reuniones del Cabildo y en los actos públicos. Entre las funciones del Cabildo se contaban: la defensa de la villa; conceder licencias a empresas, comercios e industrias; determinar las tierras de uso común; conceder solares donde construir viviendas y tierras donde cultivar o criar ganados; dar títulos de vecinos; regular los precios de los comestibles, bebidas, vestimentas y hospedaje; atender las calles y caminos; delimitar solares; cuidar la tala de montes y venta de maderas; atender al abastecimiento de agua; a la carga y descarga de navíos, etc. El Cabildo señalaba penas, y las hacía ejecutar, a los infractores de sus disposiciones. Las penas iban desde la multa hasta los azotes, el cepo, la pérdida de una oreja, la enclavación de la plano y el desgarramiento. Con pena de ser desjarretado de un pie se castigaba en 1565 a la negra libre, al esclavo o mulato que pasara por ciertos caminos, o los abriera, o hiciese otros nuevos, en dirección a la playa que va al pueblo viejo, infringiendo con ello medidas dictadas para mejor defender la villa.

Tuesday, January 3, 2012

De la Academia Municipal de Música



Artículos en las notas y datos relacionados con la cultura y la música cubana en el folleto “Folklorismo” por Eduardo Sánchez de Fuentes editado en 1928 por Imprenta “Molina y Compañía”, Ricla, Num 55-57 en La Habana, Cuba y presentado en Cosas de mi tierra en Guije.com: “A Tata Nacho, mi viejo amigo”, “En la apertura de curso de la Academia Municipal de Música” y “En la tumba de Ignacio Cervantes”: “A Tata Nacho, mi viejo amigo” - “La labor de los que, como yo, han dedicado sus actividades al cultivo de la música cubana, con el empeño sincero de engrandecerla por todos los medios posibles; el afán de los que no han escatimado esa dedicación, luchando en todo tiempo en beneficio de nuestra cultura musical, con el sano propósito de lograr el refinamiento de nuestra producción vernácula y el mejoramiento de nuestro ambiente, alcanzan hoy la merecida recompensa, el fruto apetecido, presenciándose el triunfo en nuestra patria y fuera de ella de nuestro rico cancionero, y el interesante movimiento musical que innegablemente existe en la Habana de algún tiempo a la fecha. Dicho esto, debo significarte que la opinión que se te atribuye, dada in extenso, acerca de la influencia de los ritmos africanos en nuestra música representativa, es exagerada. Y te diré por qué: es cierto que primero el tango africano, importado a esta Isla por las negradas que trajeron los encomenderos a raíz de la conquista, y luego sus derivaciones o supervivencias, afectando una morfología rítmica diversa, pesaron indubitablemente en la estructura de varias facetas de nuestro cancionero; pero no en todos los géneros que lo integran.”


“En la apertura de curso de la Academia Municipal de Música” - “No hay iniciativas más nobles ni propósitos más laudables que los encaminados a proporcionar, altruistamente, el pan espiritual de la enseñanza, dentro de cualquier orden de conocimientos; y este magnífico espectáculo, en el que la mujer cubana luce sus más preciadas galas; esta fiesta de la inteligencia, que, merced a la honrosa designación de que hemos sido objeto por parte de nuestra primera autoridad municipal, hoy reclama nuestras limitadas actividades, a manera de comentario, no es otra cosa que el resultado brillante y fructífero de esas iniciativas, el triunfo legítimo y envidiable de esos propósitos. Desde el año de 1911 labora sin descanso la Academia Municipal de Música de la Habana, y día tras día su prestigio se ha ido consolidando, hasta llegar a estas fechas, en que la fecunda y bien orientada gestión del Dr. Miguel Mariano Gómez ha puesto en manos de un músico cubano de altos merecimientos del maestro Gonzalo Roig, la dirección de este organismo, que ha entrado de lleno -y podemos decirlo sin temor a equivocarnos- en el período de su reorganización, ya que el Mayor de la ciudad, heredero de las glorias de su inolvidable padre, se ha impuesto la noble misión de encauzar Y purificar todos los sectores del Municipio.”...


“En la tumba de Ignacio Cervantes” - “Discípulo de otro gran maestro, de Nicolás Ruiz Espadero, fue el inmortal autor de las Danzas Cubanas-nacido en esta capital en 1847-un sugestivo artista de múltiples talentos que tuvo la fortuna de poder disfrutar del cariño de su amante padre, quien un día, presintiendo el porvenir del adolescente, se traslado con el a Europa, luego de haberlo preparado en sus estudios pianísticos, durante cinco años, el no menos insigne maestro cubano autor del Canto del Esclavo. En 1866, y ya como alumno del Conservatorio de París, obtuvo Cervantes el Gran Premio de Piano, fruto codiciado que alcanzo dentro de su brillante carrera, en la que laboro sin descanso, bajo la dirección de los celebres maestros Marmontel y Alcán. La obra de concurso en esa reñida lid fue el Quinto Concierto de Herz, y nuestro pianista no fue superado por ningún otro opositor. Más tarde, en 1868, triunfaba Cervantes otra vez al alcanzar el Primer Premio de Armonía de aquel Conservatorio, y si no logro el de Roma fue porque no pudo aspirar a el, debido a su condición de extranjero. En casa de Rossini, en la bella Lutecia, tomo parte en los conciertos de música de cámara que allí se celebraban, honor, este, incomparable, al que aspiraban los jóvenes músicos de aquellos tiempos.”...

Monday, January 2, 2012

Algunas recetas de Cakes



Introducción a algunas de las recetas en la sección de los Cakes en “Cocina al minuto” por Nitza Villapol y Martha Martínez editado en 1956 en La Habana, Cuba: “Cake Corriente”, “Cubierta de Merengue para Cakes” y “Crema de Mantequilla”: "Cake Corriente - Encienda el horno a 350°F. Engrase el fondo de tres moldes de 9 pulgadas de diámetro y polvoréelos con harina. Cierna la harina antes de medirla sin darle golpes a la taza. Añádale el polvo Royal y la sal y ciérnala nuevamente. Bata la mantequilla hasta que esté cremosa y añádale poco a poco el azúcar, luego los huevos enteros (clara y yema) uno a uno, batiendo después de cada uno. Agregue la leche con la vainilla. (Aquí parece que la mezcla se corta, pero se une después al añadir los ingredientes secos). Agregue la harina, Royal y sal y no lo bata, únalo suavemente con movimiento envolvente. Viértalo en los moldes. Hágale una hondonada en el centro a la masa para que no suba en el centro al hornearse. Hornéelo durante 30 minutos. Tenga cuidado de no abrir el horno hasta pasados los primeros 15 minutos."


“Cubierta de Merengue para Cakes” - “Ponga al fuego el agua con el azúcar y limón hasta que esté de punto de bola suave o que el termómetro marque 238ºF. Bata las claras a punto de nieve y agregue las cuatro cucharadas de azúcar. Vierta el almíbar en el merengue y bátalo hasta que tenga la consistencia deseada. Si es para cubrir debe batirse hasta que monte ligeramente, pero si es para decorar con la manga debe batirse hasta que al dejar de batir no desaparezcan las marcas que deja la batidora. Si desea teñir el merengue, use colorantes vegetales y añádalos a discreción. Si está decorando un cake grande para el cual deberá preparar merengue más de una vez, es conveniente medir con un gotero las gotas de colorante para que el merengue siguiente quede del mismo tono. La cantidad de merengue puede aumentarse o disminuirse a gusto, sólo deberá tener siempre en cuenta las proporciones siguientes: Para cada clara de huevo, una cucharada de azúcar granulada y una taza de azúcar hecha almíbar a 238ºF. con agua suficiente para mojar el azúcar. No debe omitir las gotas de limón ya que aseguran un buen almíbar sin peligro de azucararse. Coloque el merengue en la manga o jeringuilla y déjelo refrescar unos instantes antes de empezar a decorar. Si no pone todo el merengue en la manga de una vez, cubra el recipiente donde está el resto con un paño mojado para que no se reseque demasiado. Este merengue puede usarse también para merenguitos, poniéndolos con la manga en forma de besitos, en una tabla cubierta de papel mojado y horneándolos hasta que estén doraditos. Al levantarlos péguelos de dos en dos.”


“Crema de Mantequilla” - “Bata la mantequilla añadiéndole poco a poco los demás ingre. dientes. Da cantidad suficiente para un cake de 8 o 10 pulgadas. De naranja: Use jugo de naranja en lugar de leche. Añádale una cucharada de ralladura de naranja. De café: Use dos cucharadas de café fuerte y sólo dos cucharadas de leche. De chocolate: Añádale dos o tres cucharadas de cocoa disueltas en la leche. De menta: Use extracto de menta McCormick en lugar de vainilla. Añádale unas gotas de tinte vegetal verde. De maple y nueces: Añádale extracto de maple McCormick en lugar de vainilla y una taza de nueces picaditas.”

Friday, December 30, 2011

Progreso de La Habana

En los datos del libro escolar de historia y lectura “Historia Local de La Habana - Grado Tercero” editado en 1949 en La Habana, Cuba por el Dr. F. Armando Muñoz, impreso por P. Fernández y Cia., S. en C. Editores e Impresores Hospital Num. 619. De las secciones o capítulos del libro: “Topografía de La Habana. Mercedes de solares y tierras.”, “Las primeras calles y caminos de La Habana” y “Progreso de las construcciones y edificios dentro de cada época”: “Múltiples causas hacen variar, con el correr del tiempo, el aspecto, la configuración y hasta la extensión de un terreno. En nuestros días hemos visto cambiar el litoral, en un gran trecho, desde La Punta hacia el interior de la bahía. Se han arrebatado al mar muchos miles de metros, convertidos en malecones y parques. Edificios en cuyas paredes rompían las aguas del puerto, han quedado a una y más cuadras de la orilla. De la península donde se alzaría La Habana, dice José María de la Torre "que era tan fértil que no sólo abundan en ella arbustos como tunas, hicacos, uvas caletas y otros frutales, sino aun árboles mayores como jaguas, anones, mamones, seibas y aun cedros, jobos y caobas. Los cangrejos, escribe un viajero en 1598, abundaban tanto, que hacían ruido como las tropas cuando de noche iban a la población en busca de desperdicios". Lo último no nos parece extraordinario, porque hace unos veinte años de cosa parecida hemos sido testigos en la ciudad de Cárdenas, al dejar de noche su estación ferroviaria. Hasta los gobernadores tenían que pedir al Cabildo las dichas mercedes. Así aparece que en el Cabildo de 21 de agosto de 1551 el Gobernador Pérez de Angulo solicitó le hicieran merced de una caballería de tierra "en el ancón pequeña ensenada de la mar de este puerto". Probablemente el ancón fuera la actual ensenada de Guasabacoa.”

“La Plaza de Armas o Plaza de la Iglesia, ya que el lugar que hoy ocupa el Ayuntamiento lo ocupó primero la iglesia parroquial, la de embarrado y guano, fue el centro de donde irradió la población, extendiéndose por las calles de los Oficios y de los Mercaderes, como las más próximas al punto de desembarco de los bajeles; por la Real, más tarde de La Muralla, lugar de salida al campo en un principio; por las de la Habana, Aguiar y Cuba, que se orientaban el torreón de la Caleta, lugar donde de día y de noche había vigilantes cuidadosos de la aparición de los piratas. A la manera que el contenido de un barril rompe a veces la resistencia de la madera y los aros de hierro que le mantienen preso así también La Habana llegó, en su crecimiento, a los fuertes muros que parecían invulnerables y los traspuso. Perdida ya la eficacia de las murallas, la piqueta se encargó de echarlas a tierra. El Conde Ricla, en 1763, hizo la primera división de La Habana, en cuatro cuarteles. En 1769 se modificó, haciéndose en dos cuarteles con cuatro barrios cada uno. El de La Punta, con los de Dragones, el Ángel, la Estrella y Monserrate; y el de Campeche, con los de San Francisco, Santa Teresa, Paula y San Isidro. En 1807 los barrios intramuros eran 16 y los extramuros o Capitanías de Partido eran: Jesús María, Guadalupe y San Lázaro. El que iba de la Villa, costeando la playa hasta la caleta de Juan Guillén o de San Lázaro, a través de un espesó bosque. De él hace mención Mazariegos en 1555.”


“Los capitulares, o individuos que formaban el Cabildo, no disponían de lugar adecuado para reunirse, utilizando para tal fin algunos bohíos que servían de residencia al Gobernador. En 19 de abril de 1566 acordaron arreglar y reparar como lugar para sus sesiones y otros menesteres, las casas de tabla y guano de su Majestad que sirvieron de aposento a Diego de Mazariegos, en tiempo de su gobierno, con lo cual queda dicho que ni el mismo representante del Rey en la Isla se encontraba por entonces debidamente instalado. En 1598, según se expresa en un libro de José María de La Torre, todas las casas de la villa eran de paja y tablas de cedro, pero ya por esa fecha habían comenzado importantes edificaciones, como la del Castillo de La Fuerza, en 1558, que se terminaría en 1577, y la del Convento de San Francisco, en 1574. Los ataques de los piratas, de que se ha dicho algo antes, y el hecho de que los españoles descubrían, conquistaban y colonizaban bajo el emblema de la cruz, justificaban plenamente que fueran una fortaleza y un convento las primeras construcciones emprendidas de capital importancia. La antigua Plaza de Armas fue el centro de donde irradió la ciudad. A no más de cinco o seis cuadras de ella se encuentran las mejores construcciones, aun en pie unas y otras casi en ruinas, que nos dejó España. Tales son: el Castillo de La Fuerza; la Casa de Gobierno, residencia de los Capitanes Generales y de los primeros Presidentes de la República, y hoy Palacio Municipal; el Palacio del Segundo Cabo, después del Senado y hoy alojamiento del Tribunal Supremo; la Catedral, con su bella plaza y las casas de los Condes de Casa Bayona, de Lombillo, y del Marqués de Arcos, casas éstas de las pocas que van quedando en La Habana "cuyas fachadas, portadas, ventanas y balcones son modelos característicos de las construcciones coloniales habaneras de los siglos XVII, XVIII y XIX.

Thursday, December 29, 2011

Recetas del Arroz en los Arroces y Pastas


Breve intyroducción a algunas de las recetas en la sección de los Arroces y Pastas en “Cocina al minuto” por Nitza Villapol y Martha Martínez editado en 1956 en La Habana, Cuba: “Arroz Pilaff: "Dore el arroz ligeramente en la mantequilla, añádale el caldo y póngalo todo al horno a 400°F. durante 30 minutos. A los 30 minutos sáquelo del horno, revuélvalo con un tenedor y hornéelo durante 15 minutos más. Da 6 raciones." Otra de las recetas: Arroz con Butifarras y Habas Limas: "Fría las butifarras en una sartén sin grasa y cuando estén doraditas separe un tercio de taza de la grasa que sueltan al freírse. En la grasa de las butifarras, fría la cebolla y el ají; añádale la salsa de tomate, ajo en polvo, pimientos molidos, habas limas, arroz, agua, vino seco, vinagre, sal, Ac'cent y pimienta. Cuando rompa el hervor póngalo a fuego mediano hasta que el arroz se abra y se seque. Déjelo a fuego muy lento unos minutos más. Sírvalo rodeado de las butifarras que deben estar calientes."


Otros blogs con recetas y fotos, “Delicias de Cuqui” y “Recetas de Cocina”, de la Cocina Cubana.


Otras preparaciones del arroz en este libro de la cocina Cubana: “Arroz con Jamón y Quimbombo: "Corte el quimbombó en rueditas y remójelo en el agua con jugo de limón aproximadamente 20 minutos. Corte el jamón en cuadritos y pique la cebolla. Caliente el aceite, sofría en él los pedacitos de jamón con la cebolla, añádale el ají y dórelo un poco; añádale la salsa de tomate, pimientos morrones molidos con su líquido, vino seco, las dos y media tazas de agua, sal, Ac'cent, pimienta y arroz. Déjelo a fuego vivo hasta que rompa el hervor, después a fuego mediano hasta que el arroz esté blando, aproximadamente 30 minutos." Arroz con Pollo a la Milanesa: "Los pollos deben ser chicos (2 lbs. cada uno) para que se cocinen bien en el mismo tiempo que el arroz. La cantidad de sal es variable, ya que depende del caldo y del jamón. Haga el caldo con los menudos, huesos y pescuezos. Quite la masa a los pollos crudos. Sofría la cebolla en la mantequilla caliente. Añada la masa de pollo, jamón, salsa de tomate y Ac'cent. Cocínelo durante cinco minutos a fuego lento, revolviendo para que no se pegue. Agregue los demás ingredientes menos el queso. Déjelo hervir. Baje la candela y cocínelo bien tapado durante 30 minutos aproximadamente o hasta que el arroz y el pollo estén blandos. Esto puede hacerlo al horno a 325°F. si lo desea. Al momento de servirlo añádale el queso y muévalo con el tenedor para que se una bien. Sírvalo con más queso rallado si lo desea."